M.A.D. Un socio fundador...

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Siempre en movimiento, siempre cuestionando...

jueves, agosto 24, 2006

Stressman #6: Rutas de Acceso a Nube Nébula

Aranulfo T. LaMal, un semi-autómata del sector 3-B de una megacompañía de comunicación, se hallaba en su hiperreducido cubículo del sector 7G, y usaba sin control su computadora. No para trabajar furiosamente, sino para usarla como máquina de chateo. Era la breve hora en que el correo interno se convertía en una sala de chat de un cibercafé, afectuosamente llamado La “cámara del Estrés”.

Aranulfo chateaba con la chica del cubículo 7-11, la chica a la que le gustaba mucho. Y era gracioso que la chica al pasar ni se imaginaba que Aranulfo, la persona que pasaba babosamente cerca de su cubículo era la persona con la que chateaba. Para Rinoa, Aranulfo era en el chat Steven McCliff, ejecutivo de la sucursal norte de la empresa, que estaba de viaje constantemente y que estaba preocupado ahora porque su lamboghini estaba muy sucio. Rinoa y “Steven incluso habían iniciado un cyberromance, y Aranulfo siempre pasaba cerca de ella, cuando tenía que correr a archivo a buscar alguna foto que le iba a enviar a ella.

Un día, Aranulfo, quien estaba tremendamente estresado, peor aún de que el baño estaba cerrado por avería y había que correr hacia el baño más cercano que estaba a unos cuantos kilómetros de distancia, y que para ese entonces seguramente ya sería tarde, se dispuso a iniciar un chat emocional con Rinoa. Y se sorprendió de que ella estaba justamente pasando cerca de él, y observó la pantalla de su monitor. Ella se quedó sorprendida. Y Aranulfo no sabía en qué agujero de termita esconderse.

La observó, tan radiante, especial, diferente y ... (todas esas babosadas que uno describe cuando le gusta alguien). Sin embargo estaba allí, había descubierto su secreto! Ella! y...

Lo conoces? Conoces a StevenMcCliff? Cómo te llamas? Le preguntó Rinoa. Aranulfo, entre balbuceos y tartamudeos estaba pensando furiosamente. Ella se había confundido! Ella no se había dado cuenta! (bueno, era Rinoa, y se la conocía en la oficina precisamente por no ser muy lista). Qué miserable! Se prestaría para el plan que creo que igualmente va a hacer Aranulfo? Caería tan bajo como para mentirle

descaradamente a la chica de sus sueños, con algo tan triste y depl...

Bueno, mientras yo estaba reflexionando, Aranulfo le dijo que Steven es primo suyo y que por eso se escriben de vez en cuando. Los ojos de Rinoa destellaban un lindo color azulado, mientras que literalmente se fue flotando por el pasillo.

Aranulfo no supo qué hacer. estaba pensativo hasta que el olor extraño le llamó la atención, y se había dado cuenta de que estaba en el lugar equivocado. Estaba en el puesto de Elisa. La pobre hace semanas que estaba enferma, y no podía ir a casa ni tomar una pastilla porque el horario no se lo permitía y si no se lo descontarían, por lo que permaneció allí en su puesto. Aranulfo dió un último vistazo al puesto vacío de Elisa, y regresó a paso acelerado al suyo. Y es que Elisa nunca pudo decir que se sentía mal o que algo la aquejaba, ya que no se permite hablar en voz alta, mucho menos gritos y cosas así. Por lo que Elisa hace una semana cayó desplomada al suelo y aún estaba todavía allí, junto con varios memos que le recordaban sus descuentos por no entregar los trabajso a tiempo, y bajo una nube de moscas que estaban paseándose sobre su cadaver, y podían ser divisadas desde varios cubículos a la redonda. (trabajadora hasta el final).

Al llegar a su cubículo se puso a pensar en qué iba a hacer. No lo sabía, por lo que se estresó terriblemente. Con el cabello encrispado, la corbata suelta, los dos botones de su camisa arrancados y sus ojos enrojecidos, Aranulfo T. LaMal se había convertido en StressMan! E hizo lo siguiente:


Agarró el sobre de su escritorio que afectuosamente algunos compañeros se lo habían pasado. Aranulfo ya se imaginaba qué era y se lo pasó a Rinoa. Ella al abrirlo se encontró sorpresivamente con polvo blanco en todo su rostro. Ah! El delicado aroma de las millones de esporas de ántrax. Aquella nube nébula ya había graciosamente acariciado el rostro de Aranulfo. Ya lo tuvo una vez, y sabía que el día de los inocentes sus amigos de la oficina se lo iban a dar nuevamente. Ers un presentimiento que Aranulfo había desarrollado contra cosas tóxicas. Era como el agradable olor de gas mostaza o el picante olor del gas pimienta que las mujeres le rociaban en los ojos cuando quería conquistarlas.

Y pasó una semana, Rinoa recuperándose de aquel episodio. Aranulfo la visitó todos los días, llevándole flores y poco a poco dándole a entender a Rinoa de que Aranulfo era en realidad de que el era Steven, algo que Rinoa parecía no querer escuchar o se hacía la desentendida. Hasta que un día cuando ella estaba recuperada, afectuosamente le sugirió que vaya a dejar este paquete que le estaba entregando. Aranulfo estaba en las nubes, caminando sin muletas por el cielo azul. Era la primera vez que ella estaba tratándolo en el tono afectivo, y se la veía tan hermosa rozagante, con aquellas hermosas costras de la infección cutánea de ántrax que le había impuesto. Ah! L'amour!

Y Aranulfo se dirigió a toda prisa a su coche. Y se dispuso a arrancarlo, y escuchaba los latidos de su corazón tan fuertes siguiendo el ritmo como si fuera un reloj... o era el sonido que venía del paquete?

Desde el interior de la oficina se vió un destello que hizo sonreír aliviadamente a Rinoa, y luego algunos vidrios se rompieron por la onda de choque de la explosión del parqueadero. Cerca de el cubículo de Elisa aterrizó Aranulfo, quien sostenía aún el volante de su auto. Ah! Qué detalle! pensaba ella, y sonreía por lo bromista que era su queridísima Rinoa, a la que consideraba el ser más creativo a la hora de dar regalos sorpresa.

Rinoa espantada salió del edificio, corriendo como una loca. Aranulfo solamente caminaba hacia ella, mientras esquirlas del auto caían cerca de él. El amor, aquel sentimiento que nos enoblece, volviéndonos más babosos, tontos y encanchables cual gusanos de pescar, había agarrado a Aranulfo.

Pero qué pasará cuando el efecto de antrax pase finalmente y Rinoa logre correr a velocidad máxima? Alguien recogerá finalmente a Elisa, quien aún se encontraba en su cubículo y no recibía aún cristiana sepultura? Es cierta la leyenda urbana de que se puede burlar el sensor lector de huellas, usando solamente una película de goma? Es cierto que el azul tul del cielo “blue” sea más amarillo que el rojo del verde de la cocina? Hay alguna manera de lograr que el McDonalds sea el encargado de proporcionar la comida aquí? Estas y otras interrogantes en el otro episodio de StressMan!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Se comete una terrible injusticia con el dulce personaje de Elisa. Ella debe vivir! Los die-hard fans así lo exigen. O mejor aún: debe tener su propia serie!

Maxwell Heiss dijo...

Querida Elisa: Stress Studios ha escuchado sus plegarias y las de los fans, por lo que en poco tiempo será el lanzamiento del primer spin off de Stressman. "Helliza la obrera zombie" estará en sus monitores muy pronto, otra publicación de Stress Studios!